domingo, noviembre 09, 2014

Shingeki no Kyojin: Anime que genera adicción.

Shingeki no Kyojin, el excelente trabajo realizado por Hajime Isayama a través de la revista Bessatsu Shōnen Magazine dio pie a Tetsurō Araki para dirigir una de las mejores serie de anime contemporáneo la cual posee una dosis de filosofía condensada en una fuerte crítica a la sociedad de todos los tiempos, descomprimida en la historia de Eren Jaeger, un joven que está cansado de vivir rodeado del miedo, la miseria, la mediocridad y el conformismo que consume a la sociedad en la que vive.



Eren tiene un sueño y es dejar de vivir en medio de los limitantes, anhela que su vida no continúe desarrollándose al margen de la cómoda manera de pensar de algunos, al límite de esas altas murallas que impiden que el sol llegue a todos los rincones y hacen que sombras innecesarias penetren su entorno oscureciéndolo y haciendo de la vida al interior de los muros más densa y desconsoladora. Su mayor anhelo es aniquilar a todos los titanes, a esos desconcertantes y enigmáticos gigantes cuyo objetivo principal pareciera ser raer a la raza humana. Su fuerza vital, su ímpetu y su perenne y aguerrida decisión de no detenerse hasta TERMINAR CON TODOS es confrontante para muchos y aliviador para otros quienes comparten el mismo reto.

Shingeki no Kiojin no es una serie para niños en donde los protagonistas son súper héroes con disfraces sino una ventana hacia el interior del hombre, en donde el único héroe que puede existir es quien toma la decisión de no llegar al término de sus días preso de la desidia.

La trama atrapa desde el primer día de una manera casi adictiva, esto demuestra la dedicación y calidad con la que cada capítulo ha sido elaborado. Con dosis intensas de suspenso, emotividad, drama y la infantable dosis de acción y humor característico del género shonen, cada capítulo de 24 minutos transcurre como si fueran solo cinco y siempre deja con ganas de continuar viendo el siguiente.

No se puede dejar de lado a los mejores amigos de Eren, Mikasa Ackerman y Armin Arlelt, importantísimos y determinantes en el desarrollo de la historia, son quienes ayudan a Eren en su su proceso de crecimiento, así como en el duro viaje hacia su encuentro con la verdad y en su manera de asimilarla. Definitivamente antes de cuestionarla por la crudas e impactantes figuras de los titanes hay que darse a la tarea de ver algunos capítulos para poder tener una idea de lo que se pretende comunicar allí.

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