¿Por qué siempre hay que luchar para que la tristeza, el inconformismo, la desesperación, la angustia, la crueldad y el pesimismo no hagan parte de nuestras vidas? si justamente esa lucha es la que nos hace más complicada la existencia. Así en el entorno se perciba una aparente calma y las personas pretendan mantener las apariencias hay bastantes conciencias debatiéndose entre la realidad impuesta y la deseada.
La búsqueda de la felicidad es un camino muy triste.
PusilánimeIntrépido
Mientras muchos están trabajando por las alegrías momentáneas (hay momentos que duran años), por la comodidad, el placer, la apariencia, el poder, todos estos sustantivos que se pueden adquirir con el mejor disipador de penas y glorias, el que obnubila los ojos, el apetito, los anhelos y la conciencia, el rey del capitalismo, el dios ante el cual todo el que vive en este sistema debe hincarse ($); mientras otros danzan en fastuosas ceremonias lustrando sus egos, brillando para aplacar los fatuos intentos de quienes buscan estar mejor ataviados, mejor posicionados, más reconocidos y más aceptados, en ese baile que parece fuera eterno (pero que no lo es) en donde tanta nada surge, el espacio y el tiempo que rezagan la claridad de ser, de pensar, de sentir… otros hay apaleando boñiga, retirándola del cuerpo, de la mente, de la conciencia a la vez que la sociedad sigue produciendo más y cada vez con peor fetidez, estos otros que asimilan este inextricable trabajo obedecen al deseo de darle el verdadero valor a la existencia, encontrar la mejor manera de coexistir, primeramente con la interioridad que se desconoce en detalle para poder interactuar con el mundo del otro, sin lastimarlo, sin perjudicarlo mas bien aportando, interactuando, aprendiendo. El problema no es el otro, es el conjunto de “otros” perdidos y encontrados (redimidos por sus propias reglas y castigos) la horda violenta y asesina que agazapada se autodestruye, arrasa con el alma, destruye el planeta, invierte el orden natural (la sociedad ¿suciedad?).
La sociedad: Un club en donde le va mejor a los miembros no activos.
PusilánimeIntrépido
¿Cómo enfrentar a la sociedad si no me conozco? ¿Cómo amar a otro si yo no me amo? En este punto la tarea se hace más difícil, como decían los Aterciopelados hay que “voltear los ojos y mirarse bien por dentro”, luchar porque el conciente no sea arrogante, orgulloso y menosprecie al inconciente y porque el inconciente no sea tan cobarde y solapado y entretanto dar la pelea por sobrevivir en un mundo exterior tan feroz sin que todo lo que nos perturba destruya lo poco que se ha construido -el epílogo ¿interminable? de nuestras vidas-.
¿La vida es bella? ¿Le creemos a Benigni? ¿Todo debe ser felicidad? No le preguntes a la sociedad, respóndetelo tu mismo. Yo digo que si existe desazón y amargura en tu interior debes permitirte estar triste, la tristeza es un sentimiento tan humano como la alegría, no está mal sentirse apesadumbrado, hace daño complacer a los demás acatando consuelos vanos, ser hipócrita con uno mismo y pretender que todo es "sunshine", como también hace daño auto-flagelarse, sufrir indeleblemente, clamar por la redención y anhelar el cambio sin expeler un exiguo envión de energía para que el malestar y sus causas acaben. ¿Tu sufres, gozas, subsistes o apenas sobrevives?
La búsqueda de la felicidad es un camino muy triste.
PusilánimeIntrépido
Mientras muchos están trabajando por las alegrías momentáneas (hay momentos que duran años), por la comodidad, el placer, la apariencia, el poder, todos estos sustantivos que se pueden adquirir con el mejor disipador de penas y glorias, el que obnubila los ojos, el apetito, los anhelos y la conciencia, el rey del capitalismo, el dios ante el cual todo el que vive en este sistema debe hincarse ($); mientras otros danzan en fastuosas ceremonias lustrando sus egos, brillando para aplacar los fatuos intentos de quienes buscan estar mejor ataviados, mejor posicionados, más reconocidos y más aceptados, en ese baile que parece fuera eterno (pero que no lo es) en donde tanta nada surge, el espacio y el tiempo que rezagan la claridad de ser, de pensar, de sentir… otros hay apaleando boñiga, retirándola del cuerpo, de la mente, de la conciencia a la vez que la sociedad sigue produciendo más y cada vez con peor fetidez, estos otros que asimilan este inextricable trabajo obedecen al deseo de darle el verdadero valor a la existencia, encontrar la mejor manera de coexistir, primeramente con la interioridad que se desconoce en detalle para poder interactuar con el mundo del otro, sin lastimarlo, sin perjudicarlo mas bien aportando, interactuando, aprendiendo. El problema no es el otro, es el conjunto de “otros” perdidos y encontrados (redimidos por sus propias reglas y castigos) la horda violenta y asesina que agazapada se autodestruye, arrasa con el alma, destruye el planeta, invierte el orden natural (la sociedad ¿suciedad?).
La sociedad: Un club en donde le va mejor a los miembros no activos.
PusilánimeIntrépido
¿Cómo enfrentar a la sociedad si no me conozco? ¿Cómo amar a otro si yo no me amo? En este punto la tarea se hace más difícil, como decían los Aterciopelados hay que “voltear los ojos y mirarse bien por dentro”, luchar porque el conciente no sea arrogante, orgulloso y menosprecie al inconciente y porque el inconciente no sea tan cobarde y solapado y entretanto dar la pelea por sobrevivir en un mundo exterior tan feroz sin que todo lo que nos perturba destruya lo poco que se ha construido -el epílogo ¿interminable? de nuestras vidas-.
¿La vida es bella? ¿Le creemos a Benigni? ¿Todo debe ser felicidad? No le preguntes a la sociedad, respóndetelo tu mismo. Yo digo que si existe desazón y amargura en tu interior debes permitirte estar triste, la tristeza es un sentimiento tan humano como la alegría, no está mal sentirse apesadumbrado, hace daño complacer a los demás acatando consuelos vanos, ser hipócrita con uno mismo y pretender que todo es "sunshine", como también hace daño auto-flagelarse, sufrir indeleblemente, clamar por la redención y anhelar el cambio sin expeler un exiguo envión de energía para que el malestar y sus causas acaben. ¿Tu sufres, gozas, subsistes o apenas sobrevives?
